domingo, 12 de julio de 2015

Robot controlado con el pensamiento.

Para alguien que sufre de parálisis o movilidad limitada, hacer visitas es muy difícil. Un equipo de investigadores de la Fundación Defitech de Interfaz Cerebro-Máquina (CNBI), encabezada por José del R. Millán, sin embargo, ha estado trabajando en un enfoque revolucionario cerebro-máquina con el fin de restaurar el sentido de independencia en los discapacitados. La idea es controlar de forma remota un robot con el pensamiento. La investigación, que ha contado con la participación de numerosos participantes ubicados en diferentes países, ha producido resultados excelentes, tanto en términos humanos como en técnicos. Las conclusiones se discuten en la edición especial de junio de Actas de la IEEE, dedicada a las interfaces cerebro-máquina.

Desde su cama de hospital, un paciente con discapacidad es capaz de controlar un robot de telepresencia e interactuar a través de Skype. Crédito: Alain Herzog / EPFL

Probado con 19 personas: 100% de éxito
Nueve personas con discapacidad y diez personas sanas en Italia, Alemania y Suiza participaron en la tarea de pilotar un robot con sus pensamientos. Durante varias semanas, cada uno de los participantes se colocó un sombrero dotado con electrodos, capaz de analizar sus señales cerebrales. En las pruebas, por medio de instrucciones enviadas a través de Internet desde sus países respectivos, instruyeron al robot a que se moviera. En virtud de su cámara de vídeo, pantalla y ruedas, el robot, que se encuentra en un laboratorio de la Escuela Politécnica Federal de Lausana (EPFL, Suiza), fue capaz de filmar mientras se movía al tiempo que mostraba la cara del piloto remoto a través de Skype. La persona al mando, como que si se movía en lugar del robot, fue capaz de interactuar por medio del robot con otras personas. “Cada uno de los 9 participantes con discapacidad logró controlar a distancia el robot con facilidad, después de menos de 10 días de entrenamiento”, dijo el profesor Millán.
Control compartido entre humano y máquina
La interfaz cerebro-máquina desarrollada por los investigadores va más allá. El robot es capaz de evitar los obstáculos por sí mismo, incluso cuando no se le indica. Para evitar cansarse demasiado, el piloto también puede tomar un descanso. Si no recibe más indicaciones, el robot seguirá en el camino indicado hasta que reciba la orden de detenerse. De esta manera, el control sobre el robot se comparte entre el humano y el ordenador, lo que permite que el piloto descanse mientras navega.
No se encontró ninguna diferencia entre los participantes sanos y los discapacitados
Al final, las pruebas no revelaron ninguna diferencia en la capacidad de pilotaje entre los participantes sanos y los discapacitados. En la segunda parte de las pruebas se pidió a las personas discapacitadas con movilidad residual que pilotearan el robot con los movimientos que aún eran capaces de hacer, por ejemplo, con sólo pulsar el lado de la cabeza sobre los botones cercanos. El resultado fue que pilotearon el robot como si estuvieran usando únicamente sus pensamientos, una prueba más de la eficacia del sistema.
Tecnología madura disponible
Los resultados positivos de esta investigación finalizan el proyecto europeo llamado TOBI (Herramientas para la interacción cerebro-ordenador), que se inició en 2008. ¿Los robots se convertirán pronto en un hecho de la vida diaria para las personas que sufren de una discapacidad? Es demasiado pronto para contestar, dice el profesor Millán, quien concluye: “para que esto suceda, las compañías de seguros tendrán que ayudar a financiar estas tecnologías.”

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